La parte más importante del trabajo de un artista es siempre la labor callada en su estudio. Son verdaderamente los momentos más intensos del proceso creativo, cuando la cabeza se convierte en una cafetera donde se cocinan pensamientos, reflexiones, conocimientos técnicos, que se transmiten finalmente a la mano, que es quien ejecuta sobre el soporte el trabajo final. Luego llega la exposición, el tiempo de mostrar lo trabajado, de compartir con los demás -si no se ha hecho ya en redes sociales- el fruto del trabajo.
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